Muchas veces sucede que no sabemos cuándo ni cuánto dar de propina o incluso si trabajamos y alguien nos quiere dar una, quizás dudemos si es conveniente o no aceptarla. El hecho de dar o recibir propina debe ser siempre visto como una demostración de gratitud, de agradecimiento y nunca como una limosna.
La propina nunca debe considerarse como una degradación para el que la recibe ni como un signo de superioridad del que la da.
La cantidad y situaciones en que se da la propina varían y darla es un hecho voluntario. Nadie está obligado a hacerlo, sino que se da cuando estamos agradecidos por un buen servicio. A continuación, encontrarás una guía de cuánta es la propina que se debería dar en diferentes situaciones. Esta guía fue elaborada por el Instituto Emily Post.
Hay una innumerable cantidad de situaciones en que puede dejarse propina por los servicios que recibimos:
En un bar o restaurante podemos encontrar a diferentes personas a quienes darles propina. Si es a la mesera o al mesero, lo acostumbrado es un 15% por un buen servicio, 20% por un excelente servicio y nunca menos de un 10% por un pobre servicio (esto es con impuestos excluidos). En caso de querer darle una propina al maître, se debe considerar que en los restaurantes normalmente se genera un fondo de propinas común por lo que es preferible darle una mejor propina al mesero para que el encargado también sea bien recompensado. Ahora bien si queremos recompensar a un sommelier, normalmente se le da un 15%. Si se trata del barman, se le da entre un 15% y un 20% del total de la cuenta; a los que aparcan los autos, $2; y a los encargados de la ropería, $1 por prenda.
A los repartidores de comida a domicilio, se les da un 10% del valor de la cuenta hasta un máximo de $10 y en caso de alguna entrega dificultosa, entre un 15% y un 20%.
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