Hay muchos que desconocen la diferencia entre una lista de acción y un plan, o entre un plan y una estrategia. Al final, ninguno está completo sin el otro y en conjunto son un plan estratégico para facilitar el proceso de pago de los estudios universitarios. Te invito a comparar algunos de estos ejemplos importantes pero incompletos con un plan estratégico. Pero no te sientas frustrado, cualquier paso es un buen paso; solo tienes que esforzarte más para tener buenos resultados.
Comencemos con el paso más común: el presupuesto universitario. Este documento es sumamente importante, especialmente si es preparado de una manera detallada y completa. Sin embargo, no es suficiente si no incluye situaciones variadas de problemas y soluciones potenciales. Esta última es la parte estratégica que muchos olvidan incluir. Mientras que un presupuesto generalmente es tratado como algo inerte, en realidad, debería ser un documento dinámico y directamente ligado con tus actividades antes y durante tus años universitarios. Más allá de enumerar gastos e ingresos hay que tomar en cuenta la posibilidad de que pierdas el trabajo, de que suban los costos de las pensiones o en lo positivo, de que cambies de carrera o recibas premios o becas que puedan reemplazar préstamos que son más costosos.
Otro ejemplo de confusión de documentos es el de un plan vs un plan estratégico. Un plan es simplemente una lista de acciones a seguir para poder pagar por la universidad, aunque muchas personas solo hacen un plan para postular a las universidades pero no para pagarlas. ¿Qué debes agregar a un plan cualquiera para convertirlo en estratégico? Pues simplemente eso, una estrategia. Los planes sin estrategia son inertes e inflexibles; al no incluir desviaciones, simplemente son documentos pasivos. En cambio, una estrategia es flexible y no solo reacciona sino que prevé situaciones antes que sucedan. Al combinar un plan y una estrategia se obtendrá como resultado un plan flexible y dinámico que trata de identificar tus ventajas y desventajas en el proceso de solicitar y calificar por asistencia financiera. Esta flexibilidad tiene como fin principal poder reaccionar correctamente a eventos previstos por el plan estratégico y minimizar cualquier efecto negativo que puedan tener estos durante tus años universitarios. Mientras que el plan define una dirección, la estrategia abre varias opciones y maneras de tomar ventaja de ellas.
En conclusión, podemos decir que la anticipación y preparación para absorber potenciales eventos positivos o negativos en tu plan o presupuesto universitario es la base para crear una estrategia que en combinación formen el plan estratégico para pagar la universidad. Se trata de un proceso de investigación y organización de información relacionada con el pago de la universidad, junto con un proceso metódico para poder abarcar todos estos pasos de una manera eficaz.
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