La familia Perez, el arquetipo promedio de una familia progresiva y con ilusiones de que los hijos sean mejores que los padres, está siendo recompensada por el esfuerzo de planear estratégicamente la educación superior de sus hijos. El día que nacieron los niños abrieron una cuenta de ahorros Coverdell en la que religiosamente abonaban $50 al mes. Diecisiete años después, el hijo mayor tiene ahorrado más de $33,000 para cubrir sus gastos universitarios. (Para aquellos que gustan de las matemáticas, solo tienen que calcular el valor futuro de $50 mensuales por 17 años a un crecimiento del 12%, el promedio de ganancias de la bolsa de valores en este periodo)
Esta importante suma cubrirá casi el 50% del costo universitario de este muchacho en un programa de carrera de cuatro años. Ahora, la familia sabía con anticipación que este sería el resultado final, por lo que animaron a sus hijos a participar en las actividades de caridad de una organización que presta servicios gratuitos a los desvalidos. Cada sábado por medio, los chicos ayudaban en la administración y distribución de ayuda para estas personas. Además, al hijo mayor le gusta jugar al fútbol y está entre los mejores jugadores de su escuela secundaria. Estas actividades les han dado mayores posibilidades de poder elegir programas universitarios y poder solicitar subsidios privados que recompensan estas actividades extracurriculares de los hijos. Es sumamente importante saber que las mejores escuelas ponen un énfasis significativo en las actividades extracurriculares, y esto no solo es recompensado con una admisión segura, sino también con la posibilidad de recibir dinero de la misma universidad para pagar por los gastos.
El hijo mayor quiere tener una carrera en leyes. En su escuela secundaria como en muchas escuelas en el país ofrecen cursos avanzados, enfocados principalmente a posibles carreras universitarias. En este caso, el chico tomó clases básicas de leyes lo cual le ayudará a postular a un trabajo de medio tiempo como ayudante de abogados en una firma de abogados cerca de la escuela. Esto tiene dos funciones muy importantes. Primero, poder suplementar los ahorros y ayuda financiera con el dinero que se pueda generar de este trabajo. Y segundo, la experiencia de trabajar en un ambiente profesional, algo que le servirá al chico de por vida. Es más, es posible que este trabajo de medio tiempo se convierta en el primer trabajo profesional de este futuro abogado.
Y por último, la familia Pérez ha consultado de antemano con el departamento de consejería de la secundaria del hijo mayor para identificar todo tipo de subsidios, becas y la mejor manera de aprovechar al máximo la eficacia del llenado de la solicitud de Financial Aid. Esto les ayudará a que los préstamos y subsidios del gobierno sean apropiados y cubran cualquier déficit que exista en su preparación económica para la educación de sus hijos.
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