Una de las cosas más sanas que puedes hacer si estás pensando en casarte es hablarle a tu pareja sobre el dinero y cómo manejar las finanzas del hogar una vez que se hayan casado. Es conveniente hablar acerca de estos temas en forma abierta, sincera y honesta pero con tacto para que la otra persona no se ofenda. Pero si consideras que algunas de las actitudes de tu pareja puede ser financieramente perjudicial a futuro, no temas mencionarlo; más vale hacerlo antes de casarse y ver si la situación se revierte, antes que dejarlo pasar y arrepentirse luego.
Hablar sobre temas relacionados al dinero no es algo tabú, sino por el contrario debe ser considerado un tema natural de conversación y sacarle toda connotación negativa que puedas haberle asociado. Para hacerlo mejor, la charla se debe dar en un ambiente distendido y sin solemnidades. El tono a utilizar debe ser cordial y tranquilo. Si bien es un tema importante, no reviste una gravedad que justifique que los nervios te atrapen.
Si tú trabajas pero tu pareja no porque simplemente no le interesa, no tiene la necesidad de hacerlo o porque vive con sus padres, es bueno que le hagas ver que cuando estén casados también debe aportar al mantenimiento del hogar. Exponle la idea no como un reproche sino como una preocupación justificada sobre la viabilidad financiera de la convivencia futura. Quizás sea bueno que — para que tu pareja visualice mejor la necesidad de buscar un empleo— realicen un presupuesto estimativo de gastos juntos y al contrastarlo con tus ingresos es probable que entienda que una sola persona no puede mantener el hogar.
También es probable que hayas observado en tu pareja actitudes preocupantes respecto al dinero, como alguna tendencia a gastar mucho, comprar cosas innecesarias o acumular objetos ya sea como hobbies o debido a algún tipo de compulsión.
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