Durante el correr de la vida, se pueden dar diferentes situaciones inevitables que no fueron previstas como: la muerte, enfermedades graves e incluso accidentes que pueden dejar afectados a nuestros seres más cercanos. Estos hechos muchas veces no son analizados a fondo en la familia y muy a menudo no son tomados en cuenta.
Los seguros de vida no son la solución a este tipo de problemas, pero son de gran ayuda pues brinda apoyo y seguridad financiera a los seres queridos cuando tú ya no estás a su lado para cuidarlos y puede hacer la diferencia entre una vida de privaciones o poder seguir adelante con normalidad.
Si bien este no es un tema grato para discutir, a lo largo de la vida muchas veces te cuestionas ¿cómo va a hacer tu familia para arreglárselas financieramente cuando hayas fallecido?, la respuesta a esta pregunta te permitirá decidir sobre tomar un seguro de vida o no. Nadie desea estar pensando en estas cosas y mucho menos cuando te sientes en la plenitud de la vida, pero son cosas que realmente le pueden pasar a cualquiera.
La responsabilidad de dejar amparada a la familia ante situaciones extremas se logra fácilmente con un seguro de vida por una cantidad suficiente que les permita tener la capacidad financiera para continuar viviendo sin demasiados cambios de índole económica.
Gracias a un seguro, por ejemplo, pueden seguir habitando la casa que compraron, proporcionar el acceso de tus hijos a la universidad, e incluso dependiendo del tipo de seguro adquirido se les podría brindar una seguridad financiera de por vida. Según un estudio realizado por el Journal of Financial Planning en EE.UU., las mujeres tienen 3 veces más probabilidades de enviudar que los hombres, con un promedio de edad de 55 años. Cabe señalar a su vez que cerca de un 50% de las viudas con bajos ingresos en la actualidad, no tenían esa situación financiera cuando su esposo estaba vivo.
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